26.6.02

Negocios en los cielos

Se había abierto paso en la vida a empujones. Se jactaba de que, engañando a Dios y a su madre que está en los cielos, había llegado muy alto en el sector de la construcción. Dirigía sus negocios desde un rascacielos y decía que jugar al monopoly era de gilipuertas, que él ya tenía su cadena de hoteles de verdad. Murió repentinamente al derrumbarse la sede central de su holding. Al parecer, los materiales de construcción eran defectuosos. Días después, en un acto de homenaje, su viuda proclamó que ese hombre valía su peso en oro. Lo había mandado incinerar.

Albert Rossell

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