6.8.03

La noche

El matrimonio es una empresa difícil de llevar adelante, se necesitan al menos tres personas para sostenerlo, me dijo, yo no entendí el significado profundo de esa frase que me sonó a frivolidad.

Éramos amigas intimas. Teníamos múltiples intereses en común, y algunos espacios de sombra, como en toda relación. Nunca imaginé hasta que punto.

En ese encuentro que me pareció casual, comprendí. Ambos me invitaron, ella y mi marido necesitaban compartir conmigo una propuesta: vivamos el matrimonio de a tres, nos merecemos compartirlo todo, por la amistad y el amor, que mejor combinación.

Esa noche la oscuridad me inundó.



Antonia Calderón
Del amor al odio

Recuerdo aún el vuelco de mi corazón cuando escuchaba sus pasos. Su risa era una brisa de alegría que expandía mi espíritu. Me estremece recordar los despertares antes del alba con el aliento entrecortado, su rostro ocupando mi sueño, sus brazos estrechándome entre mis sabanas solitarias.

Vivía para encontrarlo, para verlo, para cruzar las miradas y sonreírnos.

No se cuando y como todo cambio.

Sigo reconociendo sus pasos, pero el temblor que me recorre me endurece los músculos y la boca. El insomnio de las madrugadas ahora es para devanar una madeja sin fin de venganzas que no logro tejer.

Antonia Calderón