3.6.07

Apuntes desde la Luna

Ella está muerta. Rocío, mi amor, la mujer perfecta, ha fallecido. La recuerdo a diario, y la vida sin ella se me antoja un infierno. Añoro su sonrisa, el olor de su pelo, su piel morena, su mágica forma de hacerme el amor. A veces pienso que no puedo vivir sin ella, que no debo vivir sin ella. La he amado tanto!. Tan bella, tan dulce... Cada noche la busco en la luna, no sé... lloro su ausencia.

Hoy, la siento viva, a mi lado.

Y, sin embargo, está muerta. Lo sé porque la he matado yo.

Pobre de mí!.

Cristina Padín

28.5.07

Un buen hooligan

Me acuerdo
que cuando tenía ocho o diez años de edad mi padre me llevaba con él a presenciar los partidos de fútbol todos los domingos, muchas veces acompañado de un amigo suyo de nombre Rafael, junto al que me sentaba yo en las gradas. Era un tipo muy nervioso y estaba continuamente moviendo las piernas, haciendo ademanes como para adelantarse en los disparos a portería a los jugadores de su equipo, como si fuera él el que quisiera marcar los goles. Terminado el encuentro era como si él hubiese jugado todo el partido y yo… menudo palizón me llevaba.

Antonio Senciales

PEPE, el Escocés


Me acuerdo
del escocés gigantón, no muy joven, que acudía puntualmente a la Feria de Abril, vestido con su traje típico de origen, falda corta y a cuadros, de gestos amanerados —para mí un gay adelantado a su época—, bien simpático y con el rostro grana como de alguien especialmente habituado al güisqui.

Terminó aficionándose con los años a la manzanilla y al vino fino y se hizo muy popular entre nosotros. Aprendió a bailar sevillanas a la escocesa. No tenía ningún sentido del ridículo.

Un buen día dejó de venir… No vino más… Y nos pensamos lo peor...


Antonio Senciales



Antoni

ANTOÑITO ‘Procesiones’

Me acuerdo de un individuo al que se conocía cariñosamente con el nombre de Antoñito ‘Procesiones’, muy alto, algo deficiente mental, que no engañaba nunca a nadie. Sabíamos de sus aficiones: le gustaban los buenos puros habanos, el café tempranero bien calentito con churros, la cerveza Cruzcampo con buenas tapas e incluso lucir trajes que mucha gente no se podía permitir en aquellos años. Todo se lo agenciaba al parecer de forma totalmente gratuita.
Acompañaba a las procesiones de Semana Santa, precediendo a las bandas de música con ademanes de solemne y distinguido director de orquesta desde su altura imponente.

Antonio Senciales

20.4.07

Hace unos días viaje en el tiempo

Hace unos días viajé en el tiempo, no me moví de mi pequeño salón, decorado al estilo oriental, pero recorrí parte del universo. Me monté en mi carta natal y visité mundos extra-terrenales. De nuevo navegante de antaño surfeando lugares de origen, arriba donde nadie va a criticarme por pijadas que de todas formas, ellos mismos hicieron y por las que todos pasaron. Es interesante ver el pequeño globo azul sentado en uno de mis trígonos y apreciar como el año que viene repetiré el mismo ciclo por el que transcurrí en el siglo IV, eso si, antes de Cristo.

Alejandro

23.3.07

Morir de amor en cien palabras

Sentía que todo iba mal, no había forma de recuperar lo perdido.

Sentía que ya no le importaba, que era un minuto más de su existencia.

Y a la vez que sentía todo eso, comenzó a dejar de sentir.

Recordó aquella calle en la que se vieron la primera vez… recordó las primeras palabras, el primer beso, la primera vez que se amaron en la oscuridad de aquel cuarto.

Y a la vez que recordaba todo eso, comenzó a morir…

Él la buscó hoy en aquella calle, en aquel cuarto… y fue a encontrarla en sus largos y acostumbrados silencios.


Alba Cebrián Estevez

12.2.07

Espeso

Esperaba un taxi sobre las dos de la tarde. Algunos viandantes caminaban con prisas entregados a la tarea de reencontrarse con sus propios pensamientos. Otros estaban sentados en las terrazas ocupados en las tediosas charlas de mediodía. Había mariposas blancas volando por los alrededores del parque. Entonces me di cuenta: el tiempo se estaba espesando. Hasta que el reloj de la plaza se detuvo, los coches quedaron parados, los gestos se convirtieron en muecas congeladas y las mariposas decoraron el espacio con lunares blancos. En ese preciso instante vi la luz verde de un taxi. No pude levantar la mano.

Esther (alias Sonámbula)
Cuestión de enfoque

Soledad. La sensación puede volverse asfixiante, pero todo es una cuestión de enfoque. Cíclicamente acababa sentado él solo en el sofá de su pequeño apartamento con vistas a un triste patio de luces, y siempre solo. Al principio pensó que nunca se acostumbraría y que algún día, antes o después, acabaría con la cabeza dentro del hornillo de butano. Pero entonces se cruzaba en su vida la mirada de unos ojos claros y todo volvía a tener sentido. Al menos por unos meses. Y así desde los dieciocho. Pero no obstante, siempre se sentía solo. Y ya no le importaba.

Raúl García
Un cuento

Callada y melancólica en mi habitación oscura aspiraba escribir un cuento de cien palabras y comencé a pensar el tema, imaginé el azul del cielo, recordé el verde de la montaña, navegué por el infinito del mar, sentí el calor del desierto, me estremecí con el frío de la nieve, caminé despacio por bosques encantados, me hundí en lo profundo del infierno, me entrometí en la paz del cielo, visité tantos lugares queriendo hallar la idea perfecta para ser plasmada que ahora ya no puedo recordarlos. Y finalmente entendí que solo cien palabras no son suficientes para escribir un cuento.

Anny Mariet Ramírez