4.6.02

La alarma

A veces me aburro. Viajo sin rumbo en el metro, dejo pasar el tiempo. Los otros pasajeros, en cambio, consultan su reloj, jadean ansiosos. Entonces pienso en tirar de la alarma. Imagino el frenazo, las maldiciones, la espera en el túnel, el enojo de todos estos impacientes. No lo hago, claro, sólo lo imagino... Aunque me duele que no reconozcan mi contención, mi deferencia para con ellos. En ocasiones acerco la mano a la alarma, después la alejo, y observo cómo me miran. Parecen molestos, reprobadores, nadie me lo agradece. Tal vez debería mostrarles qué les ocurre a los ingratos...

Albert Rossell

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