20.11.06

La musa gorda

Miguel, un novel escritor, no podía terminar su novela porque había perdido su inspiración. Sin dejarse vencer, se caracteriza en lo posible en el protagonista. Entonces salió en busca de una musa terrenal.

En un restaurante encuentra a Margarita, poseedora de un cabello y una sonrisa iguales a su heroína. La invita a vivir con él. Accede, interesada únicamente en la promesa de mantenerle llenos el refrigerador y las despensas.

Todo iba muy bien, hasta que un día Margarita, al acabarse las provisiones, encontró vacías las despensas. Empeñado con el tendero, Miguel no quiso volverlas a surtir.

Indignada, se largó.

Ruth Pérez

27.9.06

Cien

NOVENTINUEVE. Es cuenta regresiva y mientras avanzo voy perdiendo oportunidades para contarlo: a medida que cuento, la cuenta es menor. Disminuye el número y aumenta la urgencia, pero no puedo parar y sigo contando sin contar: sólo faltan SESENTIUNA. Ya ves, no es fácil contar un cuento al revés... pero sigamos intentando interesarte, que en eso consiste el arte. Cien palabras tenía el párrafo en que consistía el relato, pero todo relato cobra sentido sólo al final. VEINTITRÉS palabras faltaban y ahora me quedan QUINCE, que bastarán para decirte que la literatura comienza cuando la palabra se reduce a CERO.

29.3.06

Desaparecer

Ante todo, recogió sus efectos menos personales, las cartas del banco que nunca abrió, un manual de una radio que por error empaquetaron en su televisión, todas las corbatas que le regalaron en sus cumpleaños, el traje gris de su trabajo y por supuesto las últimas revistas de aquella publicación que nunca solicito y de la que no pudo darse de baja. Cerró cuidadosamente todas las puertas de su casa con llave o cerrojo, cruzó su pasillo, abrió la puerta de su casa, desplegó su paraguas, puso su sombrero en el suelo y por último se escondió en él.

Zafyro

20.3.06

Electrónica

Luz violeta / azul. Cámaras de humo. Bestias sudando. Hembras de tetas marchitas mojadas de cerveza. Machos perversos de vergas cobardes.
Mila hace su ingreso tras una cortina de humo. Su sonrisa labial azul, soledad, cocaína,
Mila danza, violenta, drogada, venérea y solitaria.
Miles de hombros desnudos, de miles de mujeres casi desnudas. El DJ vuela en la burbuja de acero. Castiga a las almas perdidas con una mixtura de compases que dejan cardenales en la piel.
Tecno endiablado, la masa silba, son sucias serpientes en celo. Mila, cocaína, un vestido negro, gafas negras y medias negras. La noche enfila tinieblas...

Juan Carlos Moya

22.2.06

El viejo truco de las balas de salva

Somos personajes de GAME BOY y disparamos. Tu mamá dispara contra el pollo, tu papá dispara en el baño contra las cuatro paredes, y la gente de la calle dispara contra la gente de la calle y especialmente contra la gente que está más cerca. Como decía un Nóbel alemán, ?el reino abstracto de la física teórica me dificulta la existencia?. Y disparó contra todos, pero el muy genio usó salvas, así que lo hicieron miembro en las academias de Göttingen, Baviera, Sajonia, Prussia, Suecia, Rumania, Noruega, España, Roma y Lincei. Y también lo galardonaron con el premio Nicolás Copérnico.

7.2.06

Es imposible

Ya habíamos cenado y aun no me había dicho nada.
Antes de sentarnos a la mesa me comentó que tenía que explicarme algo que no me gustaría oír.
Intuía qué podía ser pero no quería anticiparme a los acontecimientos.

- Nuestro amor es imposible – me dijo por fin – y el inconveniente no es sólo la diferencia de edad.

¿Qué me está diciendo? El único posible obstáculo que yo veo son los diecisiete años que nos llevamos. ¿Qué quiere decir?

- Hay un gran problema entre nosotros dos. Descubrí que tu eres la madre que me abandonó.


Montserrat
La ciudad de las almas errantes

La ciudad de las almas errantes era verde. El césped brillaba dando la
sensación de humedad, los bulevares resistían las olas de viento y de
vandalismo y los setos crecían por la noche adoptando simpáticas
formas para el nuevo día. Los buenos olores ya no se echaban de menos
en invierno. La ciudad verde era, por ley, la única que no cesaba las
veinticuatro horas durante los trescientos sesenta y cinco días del
año. Aún se recuerdan con estremecimiento las duras investigaciones en
la ciudad del dinero, bajo la sospecha de que numerosos autómatas
trabajaron largas madrugadas, ilegítima y silenciosamente.

Alejandro Romeo
Simple ejercicio ortográfico con letras b, ll, v, y

Vaya valla que se halla en el valle, lleno de bayas y caballos bayos, de valladares, balluecas y ballicos del posesor velludo vallisoletano, baladrón con su ballesta y banderillas, villano con bolsillos llenos de bellotas y de monedas de vellón pilladas con pillería en el billar. El bellaco va a la villa, con sus reales de vellón. Canta villancicos mientras arma la billarda contando cazar un billón, yantar bollos con el boyero y liar bulla bullanguera bullendo bullón ante el bullaje con su bullicio bullidor de velluteros y velleras rompe vajillas.

Gaspar Fraga