25.6.02

Cañas

Me iba a buscarlas cerca del río. Las cortaba primero longitudinalmente, después las seccionaba. Luego las esparcía por el suelo del cobertizo y trabajaba con los papeles finos de envolver, conseguidos con paciencia. Yo también tenía mis cometas. No tan resistentes ni tan bonitas, pero también volaban. Aquel día mi padre le enseñó el cobertizo a una mujer. Llevaba un abrigo de pieles. Se lamentó del olor a cola. Examinaron cada rincón. Pisotearon inadvertidamente todas mis cañas... Quería gritarles, reprenderlos, pero una opresión en el pecho me lo impidió. Aquel día no cené. Había descubierto que yo no me gustaba.

Albert Rossell

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