29.6.02

Limousines y ketchup

Se había acostumbrado a los muebles caros, a las buenas comidas y a las formas rotundas de las rubias despampanantes que le rodeaban. Le gustaba la actitud servil del enjambre de pelotas que pululaba a su alrededor, y alternar la limousine negra de hoy con la blanca de mañana. Así viven los reyes del hampa. Pero el calendario se cumplió inexorablemente. El voluntarioso rodaje terminó justo el día previsto y se encontró de nuevo al lado del teléfono comiendo patatas con ketchup, esperando otra llamada, sin saber siquiera si la película se iba a estrenar, ni cuántos alquileres debía ya.

Albert Rossell

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