22.1.02

Sin ti, me moriría

Una noche más que estamos juntos..., teniéndonos el uno al otro. Por el día te añoro y por la noche... te disfruto. Junto a ti se me pasan las horas fugazmente;
mantengo el desvelo, para satisfacer mi deseo de estar contigo. Te contemplo, y admiro lo hermosa que eres. ¡Anda bonita, cuéntame una historia, que no me quiero dormir!. Te quiero, te quiero más que a nada en el mundo. Me gusta cuando me susurras al oído palabras enternecedoras, cuando me cantas canciones que sabes que me emocionan..., ¡Cómo me conoces!, tantos años juntos...Bendita radio, ¿qué haría yo sin ti?.

Ana Santolaria
Imaginación

Vuelo como los pájaros, voy de Miami a Honolulú antes que de mi cama al baño. Veo con ojos de lince, ya que encuentro euros y más euros en un cementario de chatarra! Mi oído también es fantástico, escucho sin cesar las composiciones dulces de Beethoven, de Mozart, o de Bach. Tengo el olfato de un lobo, adivino cuando mi suegra me trae sopa para comer; y mi memoria es mayor que la de los elefantes, recuerdo con insistencia el maldito martes trece que caí de la moto y desde entonces permanezco inmóvil en este catre, funcionándome únicamente la mente.

Ana Santolaria
El aburrimiento


Me aburro: si voy al cine, Harrison Ford mantiene la cara de la película anterior; si voy a clase, el profesor repite: dos por dos son cuatro; si releo un libro interesante, me sé el final; si voy a esquiar, sé que volveré a caerme otra vez; si pongo la radio, otro vecino ha matado a su mujer; mi niño me llama... seguro que pide otra chuchería; si voy con los amigos, ya no me divierten sus chistes. Estoy en el Corte Inglés, como cada día, sobre las escaleras que te suben, me distrae, pero ya me empiezan a aburrir.

Ana Santolaria

8.1.02

Los Reyes Magos

Anoche me fui a dormir temprano, pues tenían que venir los reyes. No conseguí conciliar el sueño y los oí llegar. Baltasar conectó el televisor en el canal porno, Gaspar fue a la nevera refunfuñando que no les había dejado nada en los zapatos, y Melchor se echó en el sofá a furmarse unos porros. Por la mañana, junto a los regalos, habían cascos de cerveza tirados por el suelo, colillas pisoteadas, y un ambiente pestilente. ¿Se creen que por traerte unos regalitos de mierda tienen derecho a dejarte la casa hecha una cuadra?. Me voy ahora mismo a denunciarlos.

Ana Santolaria
La presencia de Dios

¿De dónde saqué que Dios estaba en todas partes?, ¿del catecismo?, ¿de la madre Aurora? (¿madre?, las monjas no tiene hijos, que yo sepa...)y yo aquí, encerrado hace una hora en este water sin poder girar el pomo de la puerta. Dios, ¿por qué no me echas una mano?. No me abre, ni llama a Pepe, el dueño del bar. ¿Para qué está aquí conmigo?, ¿para mofarse de mí?. ¡Vaya y que le zurzan!. Horas después un cerrajero forzó la puerta. Pepe me dijo: "Adió, hombre, no ponga eza cara, ¡que no ha zio ná! Ande uzté con Dió."

Ana Santolaria

1.1.02

Sola


Hoy mi marido me ha echado de casa. Dice que soy una puta. También dice que nunca plancho, que no coso, ni cocino. No sé qué se experimenta con otro hombre, le plancho todas las camisas, le coso los agujeros de los calcetines y le cocino, porque así lo desea, caracoles todos los domingos. ¿Por qué entonces me ha echado de casa? No quiero que lo sepa mi amiga Maribel, ni mi vecina Antonia, ni mi madre. Nadie. ¿Por qué se lo cuento a ustedes? Mi marido, borracho, me ha echado de casa. Dice que soy puta. También dice que...

Ana Santolaria
Para no dudar más se ató la bandera de la desidia en los ojos y dejó de mirar a ese hombre incitador que acababa de conocer. Pero al ver sin querer esos dedos, esos labios, se preguntaba qué ocurriría si él daba el primer paso, y al preguntarse, una catarata de placer intrigado la recorrió de la cabeza a los pies. Este temblor provocó al muchacho, que se acercó con un interés distinto hasta rozar su hombro con la bandera, haciendo que la catarata se tornara volcán y que de la erupción consecuente se lograra descifrar: “Perdona, ¿me lo pasas?”.

Margarita