20.1.03

Frustración literaria

Aquel escritor tenía un solo objetivo en la vida: escribir el cuento más malo del mundo. Todas las mañanas se levantaba muy temprano y se decía, con voz ronca y solemne: “¡Tengo que lograrlo, maldita sea!” Pero nada. Únicamente conseguía escribir cuentos magistrales, soberbios, buenísimos, los cuales eran leídos con fruición por sus conciudadanos. Un soleado día, cuando ya había ganado un sinnúmero de premios literarios y varios millones de pesos por derechos de autor, aquel perfeccionista obsesivo se sintió tan frustrado por no poder escribir el cuento más malo del mundo, que se pegó un tiro en la cabeza.

Roberto Gutiérrez Alcalá
Trasplante de retinas

Siete días antes le habían trasplantado las retinas de un joven muerto por atropellamiento, y ahora sólo esperaba con impaciencia a que el médico en jefe del departamento de oftalmología del hospital terminara de quitarle la venda que cubría parte de su rostro.
-¡Ya!
Un instante después, el médico le dijo -casi le ordenó- que abriera los ojos y describiera lo que veía.
Él abrió los ojos lentamente y lo primero que vio fue la nítida imagen de un camión de pasajeros que estaba a punto de arrollarlo.
-¡Ahhh! –gritó entonces, y cayó fulminado por un ataque masivo al corazón.

Roberto Gutiérrez Alcalá
Castigo eterno

Según fuentes anónimas, pero bien informadas, en las más tenebrosas profundidades del Infierno hay una caverna exclusiva para aquellos periodistas indolentes que en vida no quisieron redactar más que textos mediocres y aburridos, plagados de taras sintácticas, faltas de ortografía, sandeces y lugares comunes. Ahí, per secula seculorum, deben corregir -siguiendo al pie de la letra las indicaciones del mismísimo Diablo- los textos de muchos, muchos colegas que aún siguen en funciones aquí, en el mundo de los vivos, y que, como ellos antes, jamás han hecho nada para mejorar, tan siquiera un poco -un poquito- su horroroso, deprimente estilo.

Roberto Gutiérrez Alcalá
Otra clase de golosinas

Tiene no menos de setenta años y vive sola en un departamentito de una vieja vecindad del Centro. La gente dice que hace seis meses se mandó sacar los pocos dientes que le quedaban... A través de la única ventana de su vivienda vende refrescos, caramelos, chicles, chocolates. También ofrece, a razón de cincuenta pesos cada una, otra clase de golosinas: felaciones. Los estudiantes de la secundaría pública que está del otro de la calle son sus clientes más asiduos. A veces, a media mañana, se puede ver a tres o cuatro esperando su turno frente a su herrumbrosa puerta.

Roberto Gutiérrez Alcalá
Sinfonía número 34, K. 338

Durante un instante, el eco de los últimos compases de aquella sinfonía mozartiana quedó flotando sobre el escenario como una enorme burbuja de jabón; luego, cesó por completo. Sólo entonces el público comenzó a aplaudir.
Un hombre de mediana edad, que durante los diecinueve minutos anteriores había permanecido despatarrado en su butaca, con la vista perdida en el candil que colgaba del techo de la sala, inclinó la cabeza y, en medio del incontenible entusiasmo de la gente, le susurró a su acompañante:
-¿Crees en los milagros?
-¿Por qué me lo preguntas? –le respondió aquél.
-Porque acabas de escuchar uno.

Roberto Gutiérrez Alcalá
No volverá a pasar

Me costó verlo. Estuve ciega durante un largo instante. Perdona. No volverá a pasar. Te lo prometo. No sé de donde saqué esa idea... muy simple la verdad, sólo contenía un "quizás...". No sé en que momento empecé a dudar o quien me convenció para que tuviera fe. Nunca más. Me lo prometo. No caeré de nuevo. Cada vez se hace más difícil recobrarse, cada vez apetece menos levantar la cabeza y mirar al frente. De ahora en adelante procuraré razonar más y sentir menos, observar más e imaginar menos, pensar más y soñar menos... No me volverá a pasar. No.

Elena Curbelo.
Ayúdame

Tengo cien palabras para escribir y no encuentro ninguna que exprese exactamente como me siento. Tal vez esté buscando en el lenguaje equivocado... Pero no hay más que este amigo que siempre escucha y nunca opina. Paciente, me deja hablar, testigo habitual (¿o casual?) de mis confesiones. Con semejante compañía, que me infunde el valor raramente hallado, te digo a la cara que no me interesas, que no te necesito, que no eres el único culpable del vacío que siento...

Te extraño...

Descubriste esa parte de mí que no conocía, ahora, ayúdame a
esconderla, a enterrarla... ayúdame a decirte adiós.

Elena Curbelo.
He aprendido

He aprendido a observar, a valorar, a querer. He entendido que para sentirme bien sólo necesito ese paseo solitario nocturno, procurando no enfadarme con los edificios por taparme las estrellas, esa llamada inesperada de una persona casi olvidada, esas risas contenidas en mitad de clase, esas horas perdidas escuchando la misma música una y otra vez...

Lo sé, sólo un amigo, pero un día comprendí que se me olvidaron todas las cosas que había aprendido, que un día llegué a entender... Ahora vivo pendiente de ti. Solamente cuando estás presente la risa regresa y la felicidad se acuerda de mí...

Elena Curbelo.
Indefensa amiga mía

Es que te has metido en problemas. No lo entiendo. Te veo tan linda. Con vestiduras blancas con paletones verdes. Pliegues muy bien hechos. Pero el problema es que haces llorar a todos cuando se te acercan. Esbelta. Tu cabeza muestra una cabellera desordenada, a veces, pero eres por todos los que realizan algunos menesteres muy querida. Yo estoy acá…, y me da miedo. Porque veo que el esta dispuesto a hacerlo. Tiene un cuchillo. En sus ojos se refleja la luz de las llamas incandescentes. Sonríe, complacido te toma.. Ya no te podré ver como eras, cebolla.

Rossana Gutiérrez

Problema de comunicación

Si la tecnología es avance. El sitio dice que no se puede bajar. Mucha resolución. Cámara digital. Demasiado lento. Su respuesta nunca llega a la red. Que lata. Necesito de un hombro para llorar. Quiero contarle que salí bien en el examen de Bio-Química. Que puede tener virus. Es el enésimo aniversario. Que problema. Que pensara de mí. No es compatible. Se ríe o llora. Necesita de mí. Compre un sitio. Decirle que logre interpretar la quinta de Bethoven. Tiene un mensaje. Si mi abuelo hubiese tenido problemas para comunicarse con mi abuela, no habría cuento y no existiera yo.

Rossana Gutiérrez

Manía por analizar

Con la misma manía. Buscar en el diccionario cuando algo no entiendes o te molesta. ¿Que pretendes demostrar? Bien, te escucho. Dije que eres egoísta, que equivale a que tú tienes un inmoderado y excesivo amor de ti mismo y que subordinas el interés ajeno con el tuyo. Además juzgas las cosas de ese punto de vista., bueno si es exactamente lo que yo quise decir. Pero, ya analizado así, y viendo lo bien que hablo y me expreso. Creerás que desconocía lo bien que hablo. Mira que listo soy y aquí estoy perdiendo el tiempo con egoístas como tu.

Rossana Gutiérrez

Examen difícil

Todos han comenzado menos Usted. Todos los espacios deben ser contestados. Ninguno debe ser dejado en blanco. Debe anotar una respuesta. Por que no entiende. Es sencillo. No puede usar rayas. Sencillamente, debe utilizar frases inteligibles para responderlo. No, tampoco puede poner un signo de interrogación. Debe ser contestado. Solo así lo recibiré. No hay excusa. ¡Que cosas dice! Aquí nadie viene por recomendación. Que va. Eso si cambia todo. Está perdido dice. Bueno si ese es el caso no tiene nada más que regresar por donde vino. Cierre la puerta y no vuelva a entrar a un lugar desconocido.

Rossana Gutiérrez

Total incongruencia con la razón

Ya basta. Llegue hasta ti. Sencillamente eras irresistible o no lo se. Mi razón no pudo lograr ganarle la batalla a la sin razón. Siempre fui muy sesudo y en esa ocasión mi voluntad otrora férrea, sucumbió. Y esa sensación amarga en la boca después de lo que pasó. ¿Y la culpa? ¿Y el desengaño? ¿Cuál es el error? ¿Ser demasiado infantil o dadivosa? Y cual fue el resultado. Ya ni siquiera puedo recordar para quien era esta nota, o si era algo que tenia que dejar de hacer o hacerlo todos los días, por enésima vez… sin falta.

Rossana Gutiérrez

En desacuerdo

Siempre lo misma discusión. No, no se trata de eso. Segura estoy. ¿Es como ponerlo en una balanza? ¡Estas loco! Que si yo te beso, tú me besas. Que si yo te acaricio, tú harás lo mismo. Que si yo te sonrió, tu me sonreirás también. Si sufro por no verte, tu también lo harás. Y si no vengo a verte, tampoco tu vendrás aquí. No, no y no. Estas totalmente equivocado.Ahora dime, y si me tiro al río ¿tu también lo harás? ¿Verdad que no? ¿Dices que si? Claro, por supuesto. Olvidé que le estaba hablando al espejo.

Rossana Gutiérrez

Confusión

Mañana llegara mi amado. Viene de lejanas tierras. Fue luchador contra truhanes, venciéndolos a todos. Estoy muy orgullosa, ni los guerreros antiguos realizaron luchas tales. Estoy lista para recibirlo... Me vestiré de galas, perfumare mi cuerpo. No importa que en el intento yo convierta mi plumaje en vestidos y mis alas en brazos, o mis vestidos en pinturas o mis brazos en estructuras. ¿Que es lo que pasa? No lo entiendo. Ha pasado tanto tiempo que no recuerdo lo que soy. Ahora que lo pienso tengo dudas. Y ya no se quien soy o era o seré. Ave, persona u objeto.

Rossana Gutiérrez

Código Binario

¿Donde estas? No puedo verte. Me senté frente a la maquina. Recupere tu escrito, Amor. Estaba conectado en la Red. Como es la tecnología me dije. Y apareció el cursor en forma de mano y con ella acaricie tu nombre. La sensación que percibí fue tal que provocó, pero no, no debo hacerlo... Porque no eres, hoy, mas que código binario. Tu ya estas muerto. Moriste aquel día en que se acabo la tinta y las tiendas estaban todas cerradas. Y yo, no se. No entiendo por que no te entré en el ataúd para acompañarte en el sepulcro.

Rossana Gutiérrez

Apasionada epístola de despedida

Hola: Recuerdo la deliciosa fragancia emanando de tu cuerpo. Dime, como he conformarme, después de tanto tiempo que te acaricie completo. Manteniéndote siempre cubierto y protegido. O al despertar en la madrugada, nada más para verte. Temía que estuvieses pasando por fríos, abandono, o peor, acechado por males, como bichos. Como he de resignarme ahora, si todavía no deseo perderte., pero es que debo hacerlo. No se que será de mi si al no saborearte. Partiré muy temprano, te llevara al cuarto contiguo. Allí tendrá que hacerlo, y así no ver como la cocinera te parte y te reparte. Pan.

Rossana Gutiérrez

15.1.03

Rendición

¡Maldita sea! ¡Qué complicado! Terminé haciendo una mueca de rendición frente alspejo. Jamás había luchado tanto... jamás había visto prenda tan compleja.
Deberían prohibirlas. Apareció en mi guardarropa a última hora, cuando sobrevino el indeseado éxodo, con lo feliz que era en mi seco y cálido paraíso isleño...
Lo juro, me esforcé mucho, pero al final tuve que reconocer mi gran torpeza y abandonar. La dejé con brusquedad en la cama, intentando olvidarla, sumergiéndome en la aburrida rutina diaria. Pero cuando menos lo esperaba volvía a ver su sonrisa burlona al salir esta mañana de mi habitación. ¡¡Malditas bufandas!!

Elena Curbelo
Caja fuerte

En mi dormitorio hay una pequeña y vieja caja de caudales, empotrada en la pared opuesta a la cabecera de la cama. La instaló un antiguo inquilino, del que cuentan que un día desapareció sin más, llevándose con él las llaves y dejándola por ello inservible.
Hace unas cuantas noches desperté con la sensación de que sonaba algo dentro de la caja. Pero, al levantarme, el ruido, similar a un rumor de voces infantiles, cesó. Sólo ocurrió esa vez. Sin embargo, desde entonces, cuando intento leer en cama antes de dormir, me siento observado y acabo por apagar la luz.

Manuel González Seoane.

Cama

Los sábados, antes de hacer la cama, mi mujer me pide que le ayude a voltear el colchón. Cuando le pregunté me dijo que era una cuestión de higiene y que, además, cambiándolo de lado cada semana, se retrasaba el deterioro.
He observado que después de alzarlo lo retiene en vertical, apoyado sobre un canto, unos segundos más de lo necesario; en ese tiempo no la veo, porque estamos en lados opuestos de la cama. Al bajarlo tiene la mirada perdida y una media sonrisa que siempre me ha resultado enigmática. Si con eso retrasamos el deterioro, me parece estupendo.

Manuel González Seoane.

13.1.03

El desconocido

Estás soñando, lo sabes, no importa. Él está ahí, no pides más. Te sientes... ¿feliz? No. Esa palabra ya está muy gastada. Presientes que algo va mal... ¿dónde está? ¡Ha desaparecido! Lloras la ausencia del ser amado. Cuando levantas los ojos enrojecidos, aún inundados de lágrimas, lo ves, un desconocido intenta que sonrías. Te parece increíble descubrir que todavía te apetece intentarlo una vez más, una sola... Comienza la historia, esta vez buscas al desconocido, no lo encuentras... ¿Qué queda cuando la esperanza también te abandona? Una llama de tristeza que se termina consumiendo, dejándote a oscuras y a solas.

Elena Curbelo

7.1.03

Cherokee

Yo rompí aguas mientras gozaba del dulzor de un melocotón de principios de otoño. Estaba tan jugoso que me atraganté y tosí y sentí en las entrañas un quiebro débil pero certero...

Inmediatamente sentí una tibia humedad deslizarse entre mis muslos, la caricia de un líquido resplandeciente.

Estaba sola.

Me eché a temblar y a llorar. Mi intención era ir a parir sola, en intimidad. Cogí el teléfono, pero no marqué ningún número. Decidí ir sola.

Poco a poco iré contando, fue una transformación brutal y delicada (suspiro).

Hector, en rigor, debería haberse llamado, *Dulzor de Melocotón de Otoño* (sonrío).

José María Puerta
100 palabras oscuras

Buscaba entre las sombras una que fuese de su talla, pero en una noche sin luna es difícil ver los bordes, y sombras grandes y pequeñas se confunden en una inmensa oscuridad. Al fin creyó haber encontrado algo que podría satisfacerle, pero al llegar se percató, a medio camino entre el horror y la falta de esperanza, de que su sombra elegida ya estaba ocupada. Allí, sentada con las piernas recogidas detrás de sus brazos cruzados, lo miraba una joven muchacha de grandes ojos. Cuando él le pregunto quien era, ella simplemente respondió: Lo siento, se me acaban las palabras.

Jacobo de Vera
Un sueño nada más

Ángel, déjame volver a verte. Te soñé con bucles color de zanahoria y tersa piel. Un arpa en tus manos y la música mágicamente despertaba de su sueno. Apenas tenias ropa de colores blancos. y tus muslos se veían de color rosáceo. Poseías unos labios muy rojos. Estabas descalzo y suspirabas a menudo. Tus ojos de profundo azul, me miraban tiernamente. Todo era apacible. Y de pronto. Hacía mucho mucho calor. Alguien te llevaba de mi vista. ¿Donde estás? Déjame por favor volver a verte. Mama, a la niña le regresó la fiebre. Será mejor llevarla al doctor de inmediato.

Rossana Gutiérrez
Pensando en voz baja

- Me falta seso.
- Falta de creatividad.
- Perdida de tiempo.
- Pura monotonía.
- No tiene sentido.
- Debo tratar de poseer más imaginación.
- Seguro existe una forma diferente de realizarlo.
- Paso uno, paso dos, paso tres.
- Siempre lo mismo.
- Iniciar, continuar, volver a hacerlo.
- No, no se puede.
- Siempre es igual.
- El comienzo y el final, pero siempre lo mismo.
- Esto no tiene fin.
- Ya me canse de hacerlo cotidianamente.
- Ellos lo hicieron así, y los padres de sus padres, y los padres de los padres de sus padres, y los… Así, nada más. Cerrar los ojos para poder dormir todas las noches.

Rossana Gutiérrez
Encontrar lo buscado

Que afortunada. Un día conoci a un niño, cuyo nombre tiene cinco letras. Y a el se le ocurrió una idea fabulosa. Crear cuentos que posean cien palabras. Y ella, cansada de gemir, y de estar sola, se dijo a si misma. Eureka! Eso es lo que necesito. No habrá mas insomnes noches. Seré entonces, la niña de las mil y unas noches. Con cuentos interminables por los días y las noches. Oye niño, ve mira que tu idea es fabulosa. Anda corre, por favor. No vaya ser que alguien quiera llevarla a la oficina de patentes esta misma noche.

Rossana Gutiérrez
Suplicas inútiles

Callaste, repentinamente. Mientras más suplique, implore, llore, grite, suspire. No hago que reacciones. Y una y otra vez he de pedirte que te apiades, y nada. Te lo ruego, eres todo lo que tenía. Como has podido dejarme así tan solo, hundido en el silencio. Imperdonable es, pero necesito de ti. De oírte, escucharte y sentir que de verdad continuas a mi lado. ¿Eres acaso sorda? No lo creo. Te he dado muchas de mis horas y con atención real percibí palabras ininteligibles y otrora cosas dulces.
Y tú te callas, simplemente porque olvide comprar tus baterías, querida caja transistorizada.

Rossana Gutiérrez

Promesa eterna en el altar

Y dijo el cura: "Hasta que la muerte los separe".
Tuvo que regresar a la iglesia, llevando sin dudarlo una sola pregunta que le atormento por mas de medio siglo.
- Perdone, necesito aclarar mi mente. Quizás así tiene que ser, de acuerdo a quien lo invento. ¿A que clase de muerte se refiere? ¿A la muerte en que quedaré inmóvil y festín de gusanos? ¿O en la que aunque respire es como haya muerto? Y no importe si el día brilla o esta oscuro?
Pero, el viejo sacerdote ya había muerto. Así que tuvo que regresarse con la duda.

Rossana Gutiérrez
Sesión de fotografía mal planificada

- Tome la fotografía.
- Me parece que todavía no se ve tan bien.
- No, no hay problema.
- Está bien, no se inquiete. Es Ud. quien manda, por mi parte no hay inconveniente.
- Bien hágalo rápido.
- Pero, esa deliciosa fragancia.
- Es que siempre soy muy cuidadoso.
- Es una invitación tacita a desear mordisquearlo suavemente.
- No que cosas dice, no por favor, no ahora. No seria correcto.
- Lo se, pero soy impaciente, no deseo esperar. Desearlo por tanto tiempo y no me deja hacerlo.
- Bien, dejaré que lo haga, pero primero tome la fotografía del libro de recetas del lechón asado. Luego cómalo.

Rossana Gutiérrez
Préstamo personal

- El plazo expiró hoy. Debes marcharte ya. No hay alternativa.
- Qué dices, infame?. Siento que el día que me tenga que ir no ha llegado, por que insistes?
- De que te preocupas, no hay que hacer maletas. Solo posees un par de trapos. Vete ya. De inmediato.
- Que te has creído. Si aquí yo soy la dueña.
- Dueña de todo esto, no lo eres. Si, pero y que tal si te quito lo que te di.
- Qué me has dado. Todo lo que tengo por ello he trabajado, no seas tonta.
- Solo la vida. Llego el día. Soy la muerte.

Rossana Gutiérrez
Comprendiendo el mensaje

Dijo que me besaría todo. ¿Todo? ¿Que es todo? Vuelvo a buscar el diccionario. Que es el todo? Y mi fiel "amigo" dice que el todo es "Que se toma entero sin excluir nada". Todavía sigo confundida. ¿Se refiere entonces, entonces, a mis vísceras, a mis huesos, a mis entrañas, a las cavidades oculares, a mi masa cefálica, a mi pensamiento, a mi alma? ¿Como lo hará? Me muero de la curiosidad. ¡Ya se lo que haré!
Dejaré que lo haga y entonces lo sorprenderé diciéndole que ya sabia lo que era todo, solo por el simple destino ser pescado.

Rossana Gutiérrez
Inventor incomprendido.

He creado el invento perfecto. Trabaja con el pensamiento y no tiene perillas. Posee colores agradables y textura fina. No es pesado, ni liviano. Estoy orgulloso. Quien lo diría, yo, el pobre vecinito de gafas gruesas y de insignificante aspecto haberlo realizado. Mañana temprano iré a la oficina de patentes. Seria una verdadera lastima que alguien me robara la idea. Me gustaría que mi tío viviera solo para restregarle en su cara su poca fe en mi. Bueno, ahora ya es demasiado noche. Solo falta un detalle demasiado insignificante para que me quite el sueño. Mañana pensare para qué sirve.

Rossana Gutiérrez