28.11.03

Desconfianza

A Miguel lo encontré muy cambiado; bastaba verle fruncir el ceño para comprobarlo. Ya no era el optimista de antes y me explicó por qué. Me dijo que todo empezó como un inocente ejercicio de escepticismo. Se volvió desconfiado. Cuestionaba, por ejemplo, las imágenes de bienestar que le ofrecía la televisión. Se sentía atrapado en un laberinto de edificios simétricos, impersonales, habitados por seres falsamente felices. Me sonrojé. - Amigo, estoy decidido a luchar, me opondré a todo y lucharé- me aseguró, y me pidió que me uniera a su causa. Sólo atiné a sonreírle, pero aun lo estoy pensando.

Iván Tarazona
Fotografía

Estaba cansado de ver aquella fotografía en la pantalla del ordenador, cada vez que iniciaba una sesión de trabajo. La belleza de su ex amante le aguijoneaba de recuerdos. Así que cargó la imagen en el Photoshop y se dispuso a acabar con ella. Eliminó fácilmente los labios con el borrador; desfiguró a pincelazos las rosadas mejillas; hizo un zoom sobre los ojos y, aplicando el aerosol, cubrió de gris las pupilas. No pudo evitar una carcajada al concluir el trabajo. Pero se olvidó de guardar los cambios y al día siguiente estaba allí otra vez, radiante sobre la pantalla.

Iván Tarazona

27.11.03

El combate

El guerrero desenfundó su sable de luz. “Estoy listo. Hace lunas que me preparo para la lucha. No puedo perder”. El enemigo era poderoso, pero el guerrero contaba con la fuerza de su fe en la victoria. Y con su preparación.

Allí estaba ya el enemigo. El guerrero contempló una vez más su sable de luz, se encomendó a todos los santos y empezó el examen. “Un automóvil que pesa 1200N acelera de 40 a 80 km/h. en 5 segundos sobre una carretera horizontal. Calcular el cambio en la energía cinética”.

Mierda. Justo el tema que no se había empollado.

Elena García

25.11.03

Mariquita

Cuando le crecieron las alas, las gentes del pueblo comenzaron a llamarle mariquita y a darle palizas.
Con el tiempo, la metamorfosis progresó, y sobre las alas hialinas crecieron unos duros élitros. El cuerpo se queratinizó y se oscureció, y el rostro se proyectó hacia delante y cambió radicalmente.
Dos meses después, comenzaron a aparecer cadáveres de jóvenes en la zona. Los cuerpos estaban vacíos por dentro, a pesar de que externamente sólo presentaban un orificio en la cabeza.
Por fin, transformado en coleóptero, acabó de vengarse de todas aquellas personas que se burlaron de él, chupando sus fluidos interiores.

Doro Esteve

22.11.03

El otro lado

Cuando crucé esa puerta me encontré con un mundo idéntico a éste, pero radicalmente distinto. En él, mi otro yo había aprobado el examen del otro día, y era la estrella del equipo de baloncesto de la universidad, cuando yo apenas encestaba una vez por partido. Además, su otra ella no lo había abandonado dejándolo en la más absoluta de las depresiones, y pronto se casarían. Mi otro yo tenía más dinero, más éxito, más amigos. Por eso tuve que matarlo, y ocupar su lugar. Al fin y al cabo, el jamás hubiera accedido a cruzar la puerta hacia atrás.

Dani Madero
Picadura

La había picado. Justine pudo verla, alejándose bajo la espesura. Era una serpiente coral venenosa, fácilmente distinguible por sus anillos rojos, negros y amarillos. Tendría, entonces, que beber uno de los diez antídotos que traía en la mochila. Pero, ¡Oh, no! el primer síntoma se le presentó de inmediato y cayó en las brumas de la ceguera. Tenía diez frasquitos en las manos, pero ignoraba cual de ellos sería el correcto. Decidió unirlos en un recipiente y se tragó la mezcla. El efecto fue fulminante: Justine se desplomó sobre la hierba. No tardaron en acudir las hienas y los buitres.

Iván Tarazona

21.11.03

Babel

¿Éstos de qué van? ¡Se creen dignos de estar a mi altura!, exclamó enfurecido ante la inmensa torre. Aunque sólo construían un refugio, escarmentados tras el último diluvio, durante cuatro días les envió infructuosamente plagas de insectos y reptiles. El quinto otorgó a cada uno una lengua diferente, mas ellos se esforzaron en convivir aprendiendo las de los demás, y la torre seguía creciendo. El sexto, entonces, les proporcionó un profuso ramillete de otras divinidades, bajo distintos nombres como Dios, Alá, Yavé o Lucifer, pero también Estado, y Lengua, y Patria. De este modo, por fin, el séptimo día descansó.

Albert Rossell

18.11.03

Entonces como ahora

Terminadas las elecciones con resultados poco determinantes, los políticos andan atribulados, sudorosos, tratando de apresurar sus pactos. Se nota que les falta el aliento. Sufren. En el ejército, a menudo nos sentíamos puteados por las órdenes caprichosas de oficiales y jefes. Pero en los actos militares, los de la banda obteníamos nuestra pequeña venganza: la satisfacción de verlos correr a paso ligero ante nosotros. Y procurábamos imponer a la música marcial un ritmo un poco más acelerado del que el brigada nos pedía. Atribulados, sudorosos, les faltaba el aliento y sufrían. Esto nos satisfacía. Reíamos por dentro, igual que ahora.

Albert Rossell
Quién soy yo para moverla

En el rellano de la escalera, la alfombrilla del vecino de enfrente estaba ladeada, mal puesta. Le he devuelto su simetría empujándola con la punta del pie. Luego he pensado que quién soy yo para moverla, que tal vez se molestarían si me vieran. Pero no, porque son gente mayor y visten bien, y les parecerá correcto lo que he hecho... Además no me han visto, seguro, no había luz en la mirilla.... Claro que quizá los vecinos de la otra puerta... No sé, tal vez debería comentárselo al portero, o mejor dejarles una nota de disculpa en el buzón...

Albert Rossell

17.11.03

Arena

"Arena, sólo arena, arriba el sol y ninguna sombra. Estoy empapada en sudor, se me nubla la cabeza y no encuentro un lugar frío en donde caer. ¡Sed implacable!, mis lágrimas se evaporan en este infierno solar. Al fin, he caído sobre un ardiente suelo y siento que todo ha acabado, pero el cuerpo me pide valor, tanto que abro mis ojos a un cielo en llamas, y soy capaz en la agonía, de esbozar un último gesto: sonrío, ciega e insensible, y ...¡he ganado la muerte!"
Sólo encontraron estas palabras garrapateadas en un papel, y su cuerpo sin vida.

Ivan Tarazona S.

13.11.03

¿Inhibirse?

Quedó perplejo tras el debate de los candidatos. ¿A quién hablaban?, se preguntó hastiado. ¿Tantos insensatos había? Pensó en algunos colegas, muy pesados, tan convencidos de su opción... Recordó también a aquél, Joan, siempre dándole la paliza con un partido “que no lo era”, una agrupación que sólo pretendía dejar vacíos algunos escaños... Reconsideró su argumento: quien hace pasteles poco sabrosos, vende menos; en cambio, ante tanta incompetencia de los políticos de nada sirven los votos en blanco, siempre hay los mismos escaños ocupados... Sacó del bolsillo el papelito de Joan, se sentó ante el google y escribió: “escons insubmisos”...

Albert Rossell

11.11.03

Aplicaciones militares de la telepatía

Era ya la segunda vez que el teniente me pedía que fuera a buscar su gorra al despacho, porque su estado de embriaguez no le permitía levantarse de la silla e ir él mismo a buscarla, ni mucho menos aún tantear por dónde andaba su despacho. Pero en realidad, aunque por lo visto sus brumas le impedían recordarlo, la primera vez yo ya se la había traído, e incluso permanecía aún dócilmente sobre la mesa que había entre ambos, así que me limité a ponerla enseguida en su mano. Cómo te quiero, catalán –balbuceó–, porque me adivinas el pensamiento.

Albert Rossell

10.11.03

Grandes éxitos

“El toro enamorao de la luna” les había entusiasmado, me había quedado tan bien como al propio Manolo Escobar y por eso el gran éxito. Veía sus caras alegres y sus aplausos entre las copas. Tuve ganas de apartarlas un poco, para verlos aún mejor, pero me asustó romper alguna. Entonces, para poder mirar por encima de ellas, me puse de puntillas. En el espejo, al fondo de la vitrina del comedor, mis padres y mi abuela reían. Les pedí que me dejaran cantar también “Cabriola”, como Marisol. Pero ya era muy tarde y mamá me mandó a la cama.

Albert Rossell

7.11.03

Matemáticas recreativas

Desde que mi padre empezó a explicarme matemáticas mejoré muchísimo, en el cole sacaba sobresalientes. Sin embargo, un día me dijo que estaba preocupado conmigo. He observado –comentó– que siempre que aprendes algo nuevo dices encontrarlo “divertido”. Le miré sin comprender. Mi padre prosiguió: me refiero a que nunca lo encuentras “útil” para la vida, “práctico” para ir de compras –por ejemplo–, o “necesario” para poder estudiar en la universidad y sacarte una carrera...

Con el tiempo me he dado cuenta de que papá tenía bastante razón: aún hoy siguen tentándome los divertimentos inútiles. Baste, como muestra, este texto.

Albert Rossell

6.11.03

En voz baja

¡Qué raro! En la enciclopedia de los animales de la tía Sole se ve bien claro: el bisonte tiene la piel como la carne rebozada, que me gusta tanto. El mismo color y los mismos trozos así como rotos, igual que los que me pone mamá. No sé por qué dice que la carne rebozada no es bisonte, que la hace con huevo. Allí no hay huevo. Me engaña, seguro, como cuando dijo que el canario se había escapado. Después hablará en voz baja con la abuela de comprar más bisonte, y de que la tía Sole tiene demasiados novios.

Albert Rossell
Selección natural

- Sigo pensando que deberíamos conservar algún ejemplar, García - objetó la doctora Susan.

- Ya conoces las leyes, Susan; a causa del agotamiento de los recursos naturales cualquier especie declarada "improductiva", o sea, que haga uso masivo de estos recursos sin aportar nada a cambio debe ser totalmente exterminada. El avance de las técnicas de clonación en los últimos años ha anulado la última aportación que le quedaba a esta especie, la tarea reproductiva...

Aún convencida de sus palabras, la doctora Sara García dudó más de lo esperado en oprimir el botón, activando la descarga eléctrica que acabaría con el último hombre.

Dani Madero

4.11.03

Pop-nevera

He comenzado un nuevo proyecto: la decoración de mi nevera. La idea me nació al ver un tomate muy rojo y solitario en la bandeja central. "¡Que San Warhol me ilumine!", recé mientras colocaba a su lado un pimiento verde esperanza y una zanahoria naranja fosforito.
Añadir a mi obra un plátano inmaculado, con su amarillo intacto y sus perfectas manchitas negras, resultó fácil. Lo más terrible fue conseguir dos cerezas rojo sangre y una rodaja de sandía rosa chicle. Nunca volveré a esa frutería.
A mí me encanta mi nevera 'pop'. Pero mis amigos opinan que me aburro demasiado.

Elena García

3.11.03

Sólo cien

Cuando empecé a escribirlo, pensé que sería fácil llevar a cabo este pequeño reto. Total, a lo largo del día decimos muchas más y eso no debería ser un problema. Hacerlas coherentes, no sería demasiado complicado. Interesantes es otro cantar. Pero, por probar no perdía mucho. Incluso podría pervertir un poco la idea y desarrollar el tema en varias entregas a modo de culebrón.
Así que empecé a prepararme. Había que pensar algo que fuera suficientemente atractivo para que mantuviera la desorientación en quien lo leyera pero sin prometer demasiado puesto que no había mucho sitio: sólo podía tener cien...

Isaac Aparicio