23.7.04

Falsa alarma

No tiene más de 7 años. El pelo rubio casi se adivina debajo, como un lingote de oro metido en el lodo. Sus palabras no parecen estudiadas.
-Mis papás están sin trabajo...tengo tres hermanitos que cuidar...
Su carita busca vanamente algún destello de compasión entre los pasajeros. Mira hacia abajo y comienza a llorar. No está fingiendo, seguramente habrá una reprimenda por no llevar una moneda a casa. De pronto, mágicamente los hombres llevan sus manos a la cintura y las mujeres revuelven sus carteras. Ella escucha el tintinear de las monedas. Sonríe. Un pasajero atiende su celular. Falsa alarma.

Darío Blanco

14.7.04

Destino Esperanza

Nadie sabía con claridad qué hacía allí. Tan solo se levantaba para ir
a buscar algo que comer o para lavarse y volvía al rato a sentarse al
mismo banco de la estación, a esperar. Llevaba toda la vida esperando,
con la paciencia de la que gozan sólo las personas sin esperanza. La
mirada siempre amable y cristalina de quien no tiene nada que ocultar,
porque no tiene nada. Lluvia, sol, noche y día aguardando el momento
de subir al tren que lo llevaría a Esperanza. Y así seguiría para
siempre esperando, pues ese tren nunca llegaría a su estación.

Edu (Netrunner)