26.2.03

En memoria

El sol calentaba las arenas del desierto más arido del planeta. Por él, uno tras otro se movian cautelosos diez soldados, entre ellos su sargento. Cuando el sargento alzo su brazo, pararon la marcha y se agolparon en un corro desordenado. Peter - gritó el sargento, diez millas norte, paralelo cero, deberían estar aquí - contesto mirando un mapa. En ese momento, un zumbido paralizó al grupo, el polvo y la arena les dejó inconscientes en el suelo. Uno a uno fueron despertando, no recorbaban nada, ni siquiera esa tela con barras y estrellas cosida en uno de sus brazos.

Sergio Rueda
ERFINDER 1.0

Estoy a punto de ir a Patentes y Marcas, enumero la lista de superinventos
que voy a registrar:

Manchas adhesivas de sudor con diferentes olores para el verano.
Cortaúñas de los pies de mango largo para no agacharse.
Zapatos de tacón con altura graduable (lleva mando a distancia).
Masticador automático: pequeño dispositivo que colocado en la boca la abre y la cierre haciendo que se produzca la actividad de masticar.
Sonrisa de plástico en diferentes versiones: bucólica, irónica, cruel, pelotera, solidaria y la más popular, la de hiena.
Dedos extras fácilmente atornillables a la mano sin excesivo dolor. ¡Alucina, vecina!

José María Puerta

21.2.03

María, 34 años Doctora en Historia y Licenciada en Psicología. Profesión: Babysitter.

"La vivienda está cara" decía el titular esta mañana. Pues mira tu por donde voy a contar mi caso. Como me he ido haciendo unos ahorrillos y la gente me decía que lo mejor era invertir en inmuebles, decidí comprarme varias viviendas y claro, adaptándome a lo que tenía metido en el cerdo, adquirí un trozo de acera cerca de la oficina que es donde vivo los días laborables, también tengo unas tejas cerca de la sierra, que es donde paso durante el verano los fines de semana y las vacaciones. En invierno opto mejor por mi bungalow de Entrevías.

José María Puerta
¿Hacia dónde caminan las libertades?

Bertolt Brecht dixit, "tiempos sombríos éstos, en los que debemos luchar por lo evidente". Un neofascismo avanza imparable, de la mano de pequeñas marionetas, hombres tan mediocres como aquel Hitler que reía a carcajadas en el NODO. Carcajadas que vemos todos los días en la televisión, en boca de otras marionetas. Aquellos que discrepan son tachados de marginales, de perros que ladran su resentimiento por las esquinas, carne de gueto. Con el tiempo, con nuestro esfuerzo y el de los que nos sucedan cuando caigamos, romperemos los hilos de las marionetas, pero aquellos que las manejan seguirán ahí mucho tiempo.

José María Puerta

10.2.03

Un encuentro casual

Estaba de vacaciones en Bariloche, disfrutando de esa ciudad, con sus lagos y montañas, cuando caminando por una de sus calles encontré a un señor mayor que me miraba con una sonrisa y me dijo: "¡Lucía, qué bella estás! Es como si el tiempo no hubiera pasado. En todos estos años no he podido olvidarte, esa semana que pasamos juntos fue lo mejor que me ocurrió en la vida. Quizás tengamos una nueva oportunidad. Eres única."
Lo miré sorprendida. Se notó la duda en su cara. Me di cuenta que el nombre que había pronunciado era el de mi madre.

Lidia Cabrera
La decisión

Cogí las maletas. Bajé por las escaleras; el ascensor, como siempre, estaba ocupado.
Allí, en la calle, los coches pasaban rápidos, repetidos, equidistantes.
No sabía muy bien qué hacer, confundida.
Sentía como el miedo me subía por las piernas, me oprimía el pecho, se clavaba en mi corazón, me lo desencajaba.
Ahogué un grito. ¡Me dolía terriblemente, quemaba!.
Un sudor frío empapaba mi ropa, la sangre se me congelaba.
¿Cuántos años he tardado en tener valor para largarme de casa, abandonar esta vida de esclava?.
Y es ahora, cuando mi cuerpo, muerto, se desploma en la acera.
¿Descanse en paz?

Celia León
Xueves 2003.02.06

Sí, una cosa es que seas la Enorme Mujer que Amo y otra que yo permita que pases encima de mí. Mucho trabajo he invertido en mí, para yo mismo pensar en derribar el enorme "árbol carnal, generoso y cautivo" (Miguel Hernández) que soy, ya que de hacerlo, socavaría mi amor por mí, en primera instancia. Las raíces ése árbol están en lo más hondo de mi ser, de ése árbol del cual en ocasiones tomaste sus frutos. Porque me respeto yo, no siento digno que continúe en un ritmo diferente al mío, en una paciencia que me hiere ...

Alejandro Guerra Aguilera

5.2.03

Beso fatal

Apenas había nacido, dejé la hierba y me fui a buscar al novio por quien anhelaban miles de mariposas amarillas.

Te vi a lo lejos, ángel metálico, distante, veloz, audaz. Me cortejabas, sabiéndome palpando la flor de la edad, persiguiéndome con miradas de cópulas.

Enamorada, luego me di cuenta de que sería tuya. Quise besarte, pero se irguió entre nosotros una invisible pared de vidrio, contra la cual me estrellé a ciento veinte kilómetros por hora.

Insensible, te marchaste, dejándome sola, malherida y agonizante sobre la carretera, indefensa ante las gomas de otro automóvil que ahora se acerca para aplastarme...

Billy Parakaló