23.12.02

Al fin solos

Llego hasta donde esta y lo acaricio. Cuanta felicidad me da siempre. Lo dejo solo brevemente para realizar tareas pequeñas, como tomar café. Cuantas caricias sin necesidad de verlo. Hace que me duela la mano, pero, todo lo que hago con el me da felicidad. Y le digo que haga algo y el ciegamente obedece. Creo que un día le pediré a mi jefe que me lo deje llevar a casa por las noches. Que me deje que acompañe mis fines de semana.
Eso es. Al fin encontré como no estar solo, aunque solo sea el ratón de mi computadora.

Rossana Gutiérrez

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