5.11.02

Simulando no verlos

Los hombres que había en la barbería cuando hemos entrado papá y yo estaban bromeando sobre el cuerpazo de una mujer que, como diría mamá, se exhibe en las revistas. Habían desplegado un póster y jugaban a decir cada uno una cochinada más gorda. Se reían. Papá se ha sentado simulando no verlos, y yo también. Pero hace rato que aprovecho el espejo para espiar esos muslos morenos, húmedos, dorados, que son como jamones, y esas pechugas valientes que se quieren salir del sostén. No entiendo a esos hombres. Riéndose así, juntos, es imposible que disfruten la mitad que yo.

Albert Rossell

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