11.11.02

Contaminación acústica

Empecé a tocar el saxofón y temía provocar hostilidad, especialmente la de la vecina cuyo tendedero queda frente al mío en el patio, contumaz militante anticontaminación acústica y protagonista de famosos altercados con el dueño de un perro bastante aullador. Procuraba evitarla tendiendo la ropa rápidamente, a horas inusuales. Pero un día esa feroz promovedora del silencio me pilló tendiendo, e insistió con tal vehemencia en saber si el músico era yo que tuve que confesar. Entonces, pasmándome, exclamó: “¿Sabe qué le digo? ¡Que me voy a comprar un trombón, a ver si entre los dos jodemos al del perro!”

Albert Rossell

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