15.1.03

Rendición

¡Maldita sea! ¡Qué complicado! Terminé haciendo una mueca de rendición frente alspejo. Jamás había luchado tanto... jamás había visto prenda tan compleja.
Deberían prohibirlas. Apareció en mi guardarropa a última hora, cuando sobrevino el indeseado éxodo, con lo feliz que era en mi seco y cálido paraíso isleño...
Lo juro, me esforcé mucho, pero al final tuve que reconocer mi gran torpeza y abandonar. La dejé con brusquedad en la cama, intentando olvidarla, sumergiéndome en la aburrida rutina diaria. Pero cuando menos lo esperaba volvía a ver su sonrisa burlona al salir esta mañana de mi habitación. ¡¡Malditas bufandas!!

Elena Curbelo

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