7.1.03

100 palabras oscuras

Buscaba entre las sombras una que fuese de su talla, pero en una noche sin luna es difícil ver los bordes, y sombras grandes y pequeñas se confunden en una inmensa oscuridad. Al fin creyó haber encontrado algo que podría satisfacerle, pero al llegar se percató, a medio camino entre el horror y la falta de esperanza, de que su sombra elegida ya estaba ocupada. Allí, sentada con las piernas recogidas detrás de sus brazos cruzados, lo miraba una joven muchacha de grandes ojos. Cuando él le pregunto quien era, ella simplemente respondió: Lo siento, se me acaban las palabras.

Jacobo de Vera

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