Cherokee
Yo rompí aguas mientras gozaba del dulzor de un melocotón de principios de otoño. Estaba tan jugoso que me atraganté y tosí y sentí en las entrañas un quiebro débil pero certero...
Inmediatamente sentí una tibia humedad deslizarse entre mis muslos, la caricia de un líquido resplandeciente.
Estaba sola.
Me eché a temblar y a llorar. Mi intención era ir a parir sola, en intimidad. Cogí el teléfono, pero no marqué ningún número. Decidí ir sola.
Poco a poco iré contando, fue una transformación brutal y delicada (suspiro).
Hector, en rigor, debería haberse llamado, *Dulzor de Melocotón de Otoño* (sonrío).
José María Puerta
No hay comentarios:
Publicar un comentario