7.1.03

Cherokee

Yo rompí aguas mientras gozaba del dulzor de un melocotón de principios de otoño. Estaba tan jugoso que me atraganté y tosí y sentí en las entrañas un quiebro débil pero certero...

Inmediatamente sentí una tibia humedad deslizarse entre mis muslos, la caricia de un líquido resplandeciente.

Estaba sola.

Me eché a temblar y a llorar. Mi intención era ir a parir sola, en intimidad. Cogí el teléfono, pero no marqué ningún número. Decidí ir sola.

Poco a poco iré contando, fue una transformación brutal y delicada (suspiro).

Hector, en rigor, debería haberse llamado, *Dulzor de Melocotón de Otoño* (sonrío).

José María Puerta

No hay comentarios: