28.11.03

Desconfianza

A Miguel lo encontré muy cambiado; bastaba verle fruncir el ceño para comprobarlo. Ya no era el optimista de antes y me explicó por qué. Me dijo que todo empezó como un inocente ejercicio de escepticismo. Se volvió desconfiado. Cuestionaba, por ejemplo, las imágenes de bienestar que le ofrecía la televisión. Se sentía atrapado en un laberinto de edificios simétricos, impersonales, habitados por seres falsamente felices. Me sonrojé. - Amigo, estoy decidido a luchar, me opondré a todo y lucharé- me aseguró, y me pidió que me uniera a su causa. Sólo atiné a sonreírle, pero aun lo estoy pensando.

Iván Tarazona

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