22.11.03

El otro lado

Cuando crucé esa puerta me encontré con un mundo idéntico a éste, pero radicalmente distinto. En él, mi otro yo había aprobado el examen del otro día, y era la estrella del equipo de baloncesto de la universidad, cuando yo apenas encestaba una vez por partido. Además, su otra ella no lo había abandonado dejándolo en la más absoluta de las depresiones, y pronto se casarían. Mi otro yo tenía más dinero, más éxito, más amigos. Por eso tuve que matarlo, y ocupar su lugar. Al fin y al cabo, el jamás hubiera accedido a cruzar la puerta hacia atrás.

Dani Madero

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