21.11.03

Babel

¿Éstos de qué van? ¡Se creen dignos de estar a mi altura!, exclamó enfurecido ante la inmensa torre. Aunque sólo construían un refugio, escarmentados tras el último diluvio, durante cuatro días les envió infructuosamente plagas de insectos y reptiles. El quinto otorgó a cada uno una lengua diferente, mas ellos se esforzaron en convivir aprendiendo las de los demás, y la torre seguía creciendo. El sexto, entonces, les proporcionó un profuso ramillete de otras divinidades, bajo distintos nombres como Dios, Alá, Yavé o Lucifer, pero también Estado, y Lengua, y Patria. De este modo, por fin, el séptimo día descansó.

Albert Rossell

No hay comentarios: