8.5.02

La rubia del bar

Una mañana normal y corriente, me levanté, me vestí y me dirigí a la calle. No sabía donde ir, ya que solo llevaba un día en esa ciudad, pero yo tengo, por norma, ir a pasear siempre mañana y tarde. Miré por todos lados y eché a andar. Entonces ví, al final de la calle, un café en una esquina. De repente me acorde que aún no había almorzado. Cómo no sabía donde ir y como tenía hambre decidí ir a ese café. Me senté y... la ví. Esa rúbia burbujeante,tan bonita y rica. Allí estaba mi cerveza Damm Bier.

Alba Cebrián

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