14.5.02

Cállate

Cállate, deja de hablarme, de buscarme, de estar ahí cada vez que me despierto, deja de perseguir mi sombra de mujer por las calles en ruinas de esta ciudad que se muere bajo lápidas de guerra. Corro entre matorrales calcinados, sepultados bajo escombros de miedo. Veo las lágrimas invisibles confundidas con gotas de sangre, y en cada esquina que cruzo, por cada bosque que susurra mi nombre cubriéndolo de risas entrecortadas, estás tú, siempre tú, mi pesadilla real, el sonido afilado de la bala furtiva que acarició mi sien y que cada segundo vuelve a recordarme que no soy nada.

Carola

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