23.3.02

Marcha atrás

Tengo dieciocho años y vivo en un psiquiátrico. No estoy loco: es que nadie me entendía. Todo empezó cuando tenía treinta y cinco años, que iba tan estresado que el tiempo me pisaba los talones y me envejecía. Decidí hacerle frente. Entonces cumplí treinta y cuatro. Mi madre empeñada que cumplía treinta y seis. Cumplí los treinta y tres, los treinta y dos..., y no me felicitaban. Aquí sí me entienden. Me casaré con una interna muy guapa, de mi edad, aunque ella dice que me quiere como a un padre. Cuando cumpla seis, iré a jugar a los columpios.

Ana Santolaria

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