1.3.02

El misterio de los vigilantes desaparecidos

Una caja cerrada, que ninguna llave abría, lucía en la vitrina central de un museo en la gran ciudad. Pertenecía a la edad de bronce. Diariamente cientos de personas admiraban su bello ornamento; y la incertidumbre de lo que pudiera esconder, les inquietaba. Una noche, mientras el vigilante la protegía, ésta se abrió. Estupefacto, quiso apreciar su contenido. Unos polvos dorados surgieron destellantes y se adhirieron a su rostro. Al instante cayó al suelo, asfixiado. Entonces los polvos se desprendieron para retornar a su aposento. “Se convoca una plaza de vigilante para el museo más importante de la ciudad.
Bases:...”

Ana Santolaria

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