El tesoro
Esa mañana pensó que había llegado el momento. La sangre fluía una vez más por sus venas arrancándola del letargo. Quedó pensativa ante las columnas que flanqueaban la entrada a la misteriosa gruta y después cruzó el umbral despacio. Tenía que dejar su tesoro lo más profundo posible para que se produjera el milagro, más desgraciadamente la historia volvió a repetirse y esa fuerza irresistible que la obligaba a salir se apoderó de ella justo cuando su tesoro iba a ser depositado. Mientras se iban sus fuerzas a sus oídos llegaron estas palabras: Cariño, esta vez casi me corro dentro!!
Nostromo
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