29.10.04

Que sííííííí

A primera hora de la mañana, mi hijo deambula como un sonámbulo por la cocina mientras le preparo el bocadillo. Le pregunto si todo va bien. Me dice que sí. La í me parece un poco larga. Indago si es hoy cuando tiene el examen. Me responde con un síííííííííí de paciente resignación que ya no deja lugar a dudas. Insisto porque quiero saber si se lo ha preparado bien y domina la materia. Nuevamente su afirmación benevolente perdura como el eco. De repente se detiene. Veo una pequeña chispa en sus ojos: "Papá, ¿cómo eran las leyes de Kepler?".

Albert Rossell

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