29.10.04

La misma piedra

Se le cayó la cara de vergüenza y al ir a recogerla dudó ¿y si la dejaba ahí, en el suelo? Tan sencillo como olvidar un bolígrafo encima de la mesa, siempre hay dispuestos a recogerlo. Sería una manera de empezar de nuevo, como quien se lava la camisa, limpiando la última cagada. Entonces se percató en él. Se le había roto el corazón en cien pedazos y los recogía uno a uno, uniendo los trocitos con lágrimas.

-No volverá a suceder ?le dijo

-Eres un sinvergüenza ?respondió el infartado-

-Lo sé

Recogió su cara del suelo y se fue.

Agustí Sanfeliu

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