14.6.04

Momentos

Sentado en el umbral del hospital tiemblo de miedo. Miro las expresiones de los transeúntes; hablan, ríen... y yo no puedo entenderlos. Convengamos que cuando algo así te pasa, nada en el mundo es más importante y no puedes concebir que la vida siga normalmente a metros de ti. Muero pensando en que no lo veré crecer, que se romperá ese hermoso espejo que devuelve mis gestos mejorados, puros, dulces. Mi mujer corre hacia mí y no quiero escucharla. No puedo contenerme: la abrazo y lloro. Odio a todo, a todos.

-Damián está bien! , dice riendo.

Vuelvo a respirar.

Darío Blanco

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