9.6.04

Cajas de cartón

De pequeño solía caerme. Iba corriendo -por ejemplo-, pisaba una caja de cartón, resbalaba y me hacía daño. Mi abuela entonces me enseñaba a reñir a la caja. La llamábamos "mala" y le dábamos manotazos. A veces, a algunas personas también me apetecería decirles que son malas y darles manotazos: cuando repiten como loros sin alma cosas que no piensan, tópicos, ideales gregarios, palabras rituales que sólo hay que saber dónde y cuándo decir; da igual por qué. Pero de mayor aprendí que es inútil reñir y pegar a las cajas de cartón: no entienden nada. Tampoco este texto, supongo.

Albert Rossell

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