19.4.02

La impresora loca
Hay veces en que nuestras herramientas de trabajo más cotidianas nos dan la espalda. Una vez me ocurrió con mi impresora. Haciendo yo un trabajo para la universidad, siempre con las prisas de última hora, empezé a imprimir la primera parte del estudio mientras seguía escribiendo la segunda. Cuando paré y me fijé en los folios imprimidos no cabía en mi mismo: un sinfín de colores, formas, dibujos, símbolos y sinalefas ocupaban el espacio reservado para la bioquímica. Volví a imprimir y el trabajo se reprodujo fielmente. Hay quien dice que la revolución de las máquinas está muy cercana, ¿no?

Isaac Guilà

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