12.2.02

Sólo entonces

En el vagón del metro vi que una página de mi libro tenía la esquina doblada. Debí sospechar entonces, porque yo jamás hago eso. Al poco, una chica se me quedó mirando. Tenía la cara de una compañera del trabajo, pero no era ella. También dos chicos me observaban e intercambiaban sonrisas entre ellos. Homosexuales en celo, pensé. Al llegar a casa, una mujer que no era la mía abrió la puerta y se me echó al cuello. Pero sólo al encender el televisor y ver lo que emitían los distintos canales, sólo entonces, comprendí que me había vuelto loco.

Albert Rossell

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