15.9.03

Secuela

Por las persianas observaba el polvo amarillo, hace dos semanas era un rojo que paulatinamente se iba diluyendo, hace un mes todavía no se había atrevido abrir la ventana. Habían pasado dos meses desde la noche del estruendo y la luz calcinante que lo arropaba todo, que lo traspasó como colador. Estaba soñando y siguió soñando. Ahora estaba despierto todo el tiempo y se daba palmadas para evidenciar su existencia. No lo vencía el sueño ni el hambre. Sabía que el espacio se iba reduciendo y que pronto sólo quedaría él y la ventana y tendría que dar el salto.

J.A. Morales

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