26.2.03

En memoria

El sol calentaba las arenas del desierto más arido del planeta. Por él, uno tras otro se movian cautelosos diez soldados, entre ellos su sargento. Cuando el sargento alzo su brazo, pararon la marcha y se agolparon en un corro desordenado. Peter - gritó el sargento, diez millas norte, paralelo cero, deberían estar aquí - contesto mirando un mapa. En ese momento, un zumbido paralizó al grupo, el polvo y la arena les dejó inconscientes en el suelo. Uno a uno fueron despertando, no recorbaban nada, ni siquiera esa tela con barras y estrellas cosida en uno de sus brazos.

Sergio Rueda

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