25.8.04

San Juan mon amour


Debí saber que mi tiempo, atado a los felices autoengaños del siglo xx tardío, estaba en sus últimas piruetas, traspasado de alcobas, bares y calles, su canto de cisne, su Wounded Knee, cuando sacó la acordonada ristra de condones en celofán de su mesa de noche, y sus ojos, cual epitafios brillosos, decían, con la más estudiada indiferencia, transpórtame a otro lugar, y yo sin saber ni cómo había arribado a su cama inicié mi acostumbrado repertorio sin aparente efecto hasta que me alzó por los sobacos y me depósito al lado, se acomodó la sábana y apagó la luz.

© j. a. morales

No hay comentarios: