25.8.04

Malpagado

Desde pequeño supo que era tonto. Su padre se hartó de decírselo, día tras día. Después de años de intentar disimularlo decidió entregarse, aceptar y vivir su circunstancia. Empezó a encontrar cantidades industriales de cretinos de todas clases y profesiones cuya condición reconocía con sólo mirarlos y con los que hacía causa común, a veces de forma un poco intempestiva, acercándose y espetándoles:

- Yo, también.

- Usted también ¿qué?

- Yo también soy un cretino

Coincidió en un evento con un ex-presidente del gobierno a quien mostró su solidaridad, según costumbre. Sin comprender la magnanimidad de su gesto le metieron en prisión.



Luis M. Cereceda Babé

No hay comentarios: