9.7.02

Cuestión de aceras

Un día, a finales de los sesenta, mi abuela llegó a casa escandalizada. ¡Un club!, decía. ¡Aquí en el barrio! ¡Y de la acera de enfrente! Me extrañó. ¿Tanto enfado por un club? Yo también voy al Club de Ajedrez Torrenegra, aunque está en otra acera... Creí entenderla cuando leí el letrero del local: “Poupée”. ¡Qué difícil de pronunciar! ¡Claro que a la abuela no le gusta!...

Esta noche estuve por mi antiguo barrio. Mi abuela murió hace ya mucho. Nunca se acostumbró del todo al “Club Poupée”, que hoy seguía abierto, al igual que el Club de Ajedrez Torrenegra.

Albert Rossell

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