10.6.09

Busqueda

Entré por aquella puerta ruidosa con un miedo terrible. Me temblaban las piernas. Aquellas escaleras parecían las de un castillo del siglo XIX. Sin hacer ningún ruido entré sigilosamente en esa habitación rodando por el suelo. Llegué hasta el lugar donde se encontraba el preciado tesoro y con un cuidado extremo lo cogí con unas pinzas. Traspasé esa gran puerta y salí de allí rápidamente. Entonces oí cómo el malvado dueño, el monstruo, llegaba para cogerme inevitablemente, así que me escondí detrás de la columna, salí de allí y respiré tranquila.
Por fin conseguí robar el examen sin ningún peligro...

Edurne Sabuz Millán

1 comentario:

Anónimo dijo...

No me daré por aludida con lo de monstruo y además ¡espero que nunca robes mis exámenes!, aunque la verdad es que a ti no te hace ninguna falta.
Ya sabes lo que opino de tu labor de escritora. No lo dejes, porque se te da demasiado bien.

Enhorabuena.

Reyes