11.3.05

"Oferta" de trabajo

Posa sus pies en la miserable alfombra y con un dolor supremo que lentamente trepa hacia su estómago, acierta a encender la amarillenta luz que se desprende del viejo quinqué. Al instante, vuelve sus pasos hacia la cama y allí sentada, embutida su cabeza entre las piernas, solloza tímidamente. El recuerdo de su pequeña hija, su ?angelito? de ojos azules y cabellera ensortijada, en lugar de amortiguar su sufrimiento, aviva su desgracia, originada por un repugnante engaño. Ahora, sin papeles y con un futuro incierto, espera inquieta que la puerta se abra de nuevo para seguir pagando una macabra deuda.

Vicente Castrillo

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