22.4.03

Four twenty

Cuatro veinte por la tarde. El sol pinta las nubes con tonalidades rosas naranjas de película. Un sonido que no alcanzo a distinguir me distrae desde la sala. Hago un segundo esfuerzo por volver al exterior y entonces reconozco el timbre del teléfono. Fumo una vez más. Alzo la vista como intentando entender mi situación y vuelvo a escuchar el teléfono que insiste. Me levanto del sillón. Camino extrañamente. Sigo pensando en la hoja, en la pluma y en mis ideas que se quedan estancadas. Cuando alcanzo la bocina y la llevo a mis oídos, alguien ya había decidido colgarme.

Blanca Quiriarte

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