30.1.04

Precio a convenir

En el puesto veintisiete del habitual mercado de los jueves venden almas. "Almas, precio a convenir" reza el tosco cartel escrito a mano. Sobre la mesa plegable multitud de botes aparentemente vacíos cerrados con tapa descolorida. Detrás, un hombre de rostro cetrino y cejijunto, mal vestido y de expresión inalterable, permanece ajeno al trasiego existente. La certeza de estar condenado a sufrir eternamente me hace sentir una especial atracción cada vez que paso por delante. Ya estoy harto de obligarme a seguir andando. La próxima vez pararé, no habrá problemas con el precio, tengo todo lo que cualquiera pudiera desear.

Vortex.

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