3.6.11

El cruce

No podía evitar dejar de mirar de un lado a otro y no podía evitar sentir la impotencia de no poder pasar al otro lado. Mirase donde mirase no veía escapatoria de aquel embrollo.
Miraba al frente y veía todas aquellas personas con el mismo deseo que yo, pasar al otro lado. Miraba a mi derecha o a mi izquierda, podía observar niños totalmente agobiados deseosos de pasar, y a sus madres igual, pero tras la larga y angustiosa espera, el semáforo se puso verde, paró en seco a todos los coches y permitió pasar a todos los angustiados peatones.

Sergio Romo Moreno

17.2.11

235 Km.

235 kilómetros los separaban.
Cada noche ella miraba el teléfono,
pero no encontraba su respuesta.
Cuando al fin él se decidía a llamarla
para ella siempre era tarde, y él lo sabía.
“- Lo siento, no sé por qué no te llamo más.”
Cuando terminaba la conversación ella solo sabía llorar,
se quitaba la alianza y la dejaba sobre la mesa.
Miraba una foto de los dos y su alma se estremecía.
Quería dejar la relación pero nunca se atrevía.
Y así fueron pasando los días hasta que una noche que él llegó
la encontró convertida en una estatua de hielo.

Alba F. Cebrián