26.1.04

La mirilla

Cada mañana, al salir a trabajar, escuchaba el mismo ruido detrás de la puerta recién cerrada. Desde el rellano, oía que alguien toqueteaba la mirilla, cuando, teóricamente, no quedaba nadie dentro. Se sentía observado. Todos los días igual. Le inquietaba ese sonido cada vez que salía. Hasta que una mañana decidió fingir que abandonaba el hogar. Abrió la puerta y la cerró desde dentro, quedándose en silencio y a la espera. Como no pasaba nada, se asomó a la mirilla para ver y, a través de ella, se descubrió a sí mismo, en el rellano, mirando extrañado hacia su puerta.

Juan Luis Mora

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