3.12.02

Ilusiones urbanas

El día que robé en El Corte Inglés no lo hice por vicio, ni por odio a las grandes empresas. Tan sólo pretendía olvidar lo solo que me encontraba en Madrid. El Corte Inglés es bastante parecido en todas partes, y allí dentro creía poder hacerme la ilusión de que seguía aún con mi familia y mis amigos, en lugar de a más de quinientos quilómetros, haciendo la mili. Pero no funcionó, y entonces robé la postal, para sentirme más cerca, al menos, del recluta madrileño melancólico que en aquel mismo instante robaba otra en un Corte Inglés de Barcelona.

Albert Rossell

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