17.3.03

Relato difícil

El remusgo de la tarde arrastraba los pipos macribios que planeaban a ras de la montaña en busca de migalas, mientras la perisístole de sus corazones semejaba practicar un pancracio rudimentario. Un pirómetro habría demostrado que la temperatura pássim y en la boca del volcán era millones de veces más alta que la que alcanzaba un ribadoquín al ser disparado. Sin embargo, las aves continuaban su raudo vuelo, procurando hallar su comida preferida para saciar su apetito, que no les permitía volver a casa sin antes haber llevado a sus estómagos al menos una sola de las apetecibles arañas europeas.

Hector A. Faga

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