30.5.02

Ingratitud

¿Adónde se habrá largado? Él la sacó de aquel ambiente de mierda, le compró ropa para que estuviera más maciza, hasta se casó con ella. Le enseñó a comportarse, a satisfacerle en la cama como debía, a no sonreír con descaro. Ayer mismo, en el bar se le cachondearon de cómo sonríe al Manu. Tuvo que cabrearse. ¡Mira que es! Vale, igual se pasó un poco porque se había tomado un par de coñacs. ¿Pero quién fue a la farmacia a por vendas y cremas, eh? ¿No estuvo cariñoso después? Y ahora esta nota absurda, que no aguanta más... ¡Ingrata!

Albert Rossell

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