Esplendoroso: En su visión, encendía la
mecha y desencadenaba una secuencia de juegos pirotécnicos que duraría diez
minutos de bombazos de colores mixtos.
Noche iluminada.
Todo era emoción desbordante.
Las noches previas de desvelo, mal comer
y el estrés hicieron que lo único que estallara fuera un infarto fulminante, a
eso de las seis de la tarde, en su ahora apagado corazón.
Cristopher Josué
Escamilla Arrieta
3 comentarios:
...entonces, él fue recordado como el hombre que murió un fin de año alrededor de las 6 de la tarde.
Excelente texto. Sorpresivo como la vida misma.
mms
Vaya tío, la sorpresa que se ha llevao
Gracias Jordi.
Muchas gracias.
Publicar un comentario