PEPE, el Escocés
Me acuerdo del escocés gigantón, no muy joven, que acudía puntualmente a la Feria de Abril, vestido con su traje típico de origen, falda corta y a cuadros, de gestos amanerados —para mí un gay adelantado a su época—, bien simpático y con el rostro grana como de alguien especialmente habituado al güisqui.
Terminó aficionándose con los años a la manzanilla y al vino fino y se hizo muy popular entre nosotros. Aprendió a bailar sevillanas a la escocesa. No tenía ningún sentido del ridículo.
Un buen día dejó de venir… No vino más… Y nos pensamos lo peor...
Antonio Senciales
Antoni
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