4.5.03

Enseñar, dura tarea

Llegó a su clase como de costumbre, temprano. Había preparado cuidadosamente el material, para que esos jóvenes alumnos siempre tan dispersos, se interesaran en los conceptos que había estado enseñando durante tantos años. Siempre había hecho su trabajo con alegría, a pesar de las dificultades, a pesar de lo poco que recibía a cambio.
Sentía el paso del tiempo, su concentración no era la misma, aunque sabía que contaba con una gran experiencia para trasmitir a esas ávidas almas.
¿Pero qué ocurre hoy? Se preguntó.
¿Por qué no llegan mis alumnos?
Lo habían jubilado y se habían olvidado de avisarle.

Lidia Cabrera

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